Síntomas
La dermatitis atópica y el eccema pueden empezar con mucha sequedad y picor en la piel. Es posible que la piel se ponga roja y adolorida. En general, cuanto más lo rasque, peor se pondrá. Es posible que un líquido transparente emane la piel, posteriormente la piel afectada se cubrirá con una costra y empezará a descamarse. Los lugares comúnmente afectados son los pliegues anteriores del codo, detrás de las rodillas y las mejillas.
En ciertos momentos, la afección empeora (que se llama exacerbación). Las exacerbaciones son seguidas por períodos en que la piel sanará y en los que es posible que no haya signos de dermatitis atópica (lo que se llama remisión). Las remisiones pueden durar semanas, meses o incluso años. Algunos niños superarán la dermatitis atópica, y otros aun la tendrán cuando sean adultos.
Tratamiento
Hoy en día existen en el mercado gran variedad de productos para los periodos de exacerbación de la enfermedad así como para mantener los periodos de remisión. Entre ellos se encuentran las cremas o una pomadas con corticosteroides, que ayudan a reducir el picor y a calmar la inflamación.
Una nueva clase de fármacos son los inmunomoduladores, como el tacrolimus y el pimecrolimus. Estos fármacos evitan que su sistema inmunitario reaccione exageradamente cuando es estimulado por un alérgeno.
El dermatólogo decidirá cuál es el tratamiento idóneo para cada caso en particular.
Referencias
www.aad.org
www.aafp.org