El tratamiento dermatológico es fundamental. Antes de iniciar cualquier tratamiento médico, el estudio personalizado de cada paciente permitirá cuantificar y evaluar otras posibles enfermedades intercurrentes (endocrinas, digestivas, etc.).
La base del tratamiento dermatológico es la combinación de un producto de aplicación tópica con medicación oral como la isotretinoína. En las primeras etapas, cuando se tienen lesiones inflamatorias, y siempre que se realice junto con un tratamiento médico, es posible tratar estas lesiones con terapia fotodinámica y otras fuentes de láser.
El paciente será visitado por un dermatólogo que diseñará un tratamiento a su medida. En función del tipo de acné que presente, puede ser indicada la utilización de sistemas como la terapia fotodinámica o los láseres de baja intensidad o el IPL, en combinación siempre con el tratamiento médico.
Es un tratamiento que no precisa anestesia.
Se realiza en la clínica, en sesiones semanales, durante un mínimo de cuatro semanas. La duración de cada sesión es de unos 30 minutos.
Es un proceso ambulatorio que no precisa ingreso en la clínica.
Los tratamientos son personalizados y realizados por un dermatólogo.
Los resultados del tratamiento del acné son óptimos en manos de un dermatólogo. El tratamiento con láser y terapia fotodinámica no se utiliza en todos los pacientes con acné. El tratamiento dermatológico es básico, y su combinación con otras técnicas facilita la resolución del problema. Los resultados (90% de los enfermos) serán evidentes en pocas semanas y persistirán en el tiempo.
Cualquier tratamiento posterior en la resolución de las cicatrices debe ser realizado una vez que el problema médico se hay resuelto. Las sesiones de láser se realizan semanalmente, en combinación con otros tratamientos. Los resultados obtenidos dependen de cada paciente y deben ajustarse a la realidad. La utilización de esta tecnología es compleja y precisa un entrenamiento adecuado.
La información de esta sección no sustituye la consulta a un especialista.