Las malformaciones venosas, las facomatosis pigmentovasculares, los glomangiomas, los granulomas piogénicos y otras patologías son susceptibles de tratamiento con láser e IPL.

El tratamiento al que primero se recurre es la cirugía, sola o asociada a otros tratamientos como la escleroterapia o el láser. El tratamiento con láser vascular es útil cuando la extirpación completa es improbable o imposible; se sospecha que pueda darse recidiva antes o después de la intervención quirúrgica; la anatomía, distribución o penetración en tejidos representa un obstáculo quirúrgico, y la preservación de estructuras vitales (nervios, arterias, músculos, etc.) es problemática o la probabilidad de secuelas estéticas postintervención quirúrgica son altas.

Existen unas posibles complicaciones, que dependen de la anestesia, del tipo de intervención y del propio paciente, que le serán explicadas en la consulta. Si bien dichas complicaciones son poco habituales, el paciente (o su tutor) debe conocer cuáles son, entenderlas completamente y asumirlas mediante la firma del Consentimiento Informado, documento elaborado por el médico en el que se da una explicación de la intervención que se le va a practicar y de los riesgos que se pueden presentar a consecuencia de la misma.

Antes del tratamiento es imprescindible realizar un detallado historial clínico, una exploración física y otras pruebas complementarias, como una resonancia magnética y estudios analíticos. Nuestro centro colabora con hospitales nacionales y extranjeros en el tratamiento de estas patologías congénitas.

Aunque se aplica habitualmente anestesia general, cuando la patología afecta a zonas localizadas, se puede utilizar anestesia local y regional.

La intervención se realiza en un quirófano de la clínica. Utilizamos varios equipos láser, entre ellos una fibra de Nd YAG intralesional, para eliminar la lesión. Esta técnica tiene ventajas frente la cirugía (cuando ésta no sea necesaria) ya que los resultados estéticos son notablemente mejores y el postoperatorio es mucho más confortable.

En función de si se ha realizado anestesia general, sedación o anestesia local, el paciente se quedará unas pocas horas o, como máximo, 24 horas.

El médico indicará qué tipo de cuidados posteriores a la intervención se deben realizar. Básicamente se aplicará una crema antiséptica y antiinflamatoria los primeros días, y una crema nutritiva durante el primer mes.

El número de tratamientos necesarios no se puede predecir, pero oscila entre 3 y 6. El resultado es visible desde la primera intervención. En más del 70% de los pacientes se consigue una mejoría, si no completa, muy satisfactoria de la lesión. El tiempo entre tratamientos varía de dos a tres meses, en función de cada paciente.

Los resultados obtenidos dependen de cada paciente y deben ajustarse a la realidad. La utilización de esta tecnología es compleja y precisa un entrenamiento adecuado.

La información de esta sección no sustituye la consulta a un especialista.

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