Siempre en asociación a tratamientos convencionales, está indicado para: acné quístico, hidradenitis supurativa, alopecia areata, úlceras (venosas, traumáticas, por decúbito), herpes zoster, cicatrices dolorosas, retráctiles, hipertróficas y queloides, patología osteoarticular, etc.

Estos láseres tienen efecto bioestimulante, aumentan el flujo sanguíneo y la inmunidad local, disminuyen el dolor asociado y la inflamación de los tejidos, y aumentan la regeneración cutánea, facilitando la cicatrización de las heridas.

Los pacientes son derivados de los especialistas pertinentes: cirujano vascular, traumatólogo, reumatólogo, dermatólogo, etc., y son tratados por sus médicos de referencia. Es imprescindible estudiar cada caso antes de iniciar un tratamiento con esta tecnología, ya que no todos los enfermos son susceptibles de recibir el láser.

Es un tratamiento indoloro que no precisa anestesia.

Por lo general, se realizan dos tratamientos a la semana, oscilando el número total de sesiones entre 10 y 30, de media hora de duración cada una. Como ejemplos de patologías tratadas están:

Úlceras vasculares
Las úlceras vasculares, que representan un importante problema médico, son tratadas habitualmente por un cirujano vascular. Los láseres de baja potencia son ideales para combinar con los tratamientos médicoquirúrgicos habituales.

Dolores osteoarticulares
Muchas patologías traumatológicas y reumatológicas pueden ser tratadas con sistemas de láser de baja densidad. El tratamiento siempre se realiza combinando los diferentes sistemas medicoquirúrgicos habituales.

Es un tratamiento ambulatorio que no precisa hospitalización.

El médico indicará qué tipo de cuidados posteriores a la intervención se deben realizar. Básicamente se aplicará una crema antiséptica y antiinflamatoria los primeros días, y una crema nutritiva durante algunos meses. El paciente seguirá los consejos de su especialista y continuará con el tratamiento médico prescrito.

En general, se realizan 2 tratamientos a la semana, oscilando el número total de sesiones entre 10 y 30, de media hora de duración cada una. Los resultados dependen de cada individuo, pero empiezan a ser evidentes al cabo de un mes. Esta técnica se utiliza siempre en asociación a otros tratamientos médico-quirúrgicos, y siguiendo un protocolo de cada patología.

Los resultados obtenidos dependen de cada paciente y deben ajustarse a la realidad. La utilización de esta tecnología es compleja y precisa un entrenamiento adecuado.

La información de esta sección no sustituye la consulta a un especialista.

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