Tumores infantiles: angiomas infantiles, angiomas residuales del adulto, y otros.

En un primer momento, el angioma infantil es diagnosticado por el pediatra, que recomendará un tratamiento médico o expectante en función de su localización. Nuestro equipo diseña la mejor estrategia para abordar este tumor, utilizando muchas veces la combinación de varios tipos de láser e IPL.

Debe informar a su cirujano si toma alguna medicación o si es alérgico a algún medicamento. Su cirujano e proporcionará instrucciones específicas acerca de cómo prepararse para la cirugía, incluyendo normas sobre toma de alimentos y líquidos o toma o supresión de medicamentos. Un cumplimiento cuidadoso hará que la cirugía sea realizada en las mejores condiciones.

Se realiza habitualmente con sedación, aunque en zonas locales se puede utilizar anestesia local y regional. En algunos casos puede ser necesaria la anestesia general.

El primer tratamiento de los hemangiomas es la abstención activa, ya que en muchos casos involucionan sin causar complicaciones. Entre las muchas complicaciones que existen de un angioma no tratado, citamos: sangrado, dolor, compresión de estructuras vitales, úlceras, complicaciones sistémicas, etc. Es imprescindible que, en cada caso, un especialista valore el hemangioma. De presentarse complicaciones o de que se produjera una probable repercusión estética, se recurre en primer lugar al tratamiento médico (como corticoides, interferón alfa, etc.) solos o en combinación con otras técnicas, como la cirugía o el láser vascular. El láser vascular (por ejemplo, el colorante pulsado de 585 nm y el Nd YAG de 1064 nm) es utilizado en los casos con complicaciones o si en los que se presenta un problema estético, asociado siempre a un tratamiento médico. El tratamiento se realiza en un quirófano de la clínica.

 

Existen posibles complicaciones, que dependen de la anestesia, del tipo de intervención y del propio paciente, que le serán explicadas en la consulta. Si bien dichas complicaciones son poco habituales, el paciente (o el tutor del mismo) debe conocer cuáles son, entenderlas completamente y asumirlas mediante la firma del Consentimiento Informado, documento elaborado por el médico en el que se da una explicación de la intervención que se le va a practicar y de los riesgos que se pueden presentar a consecuencia de la misma.

En función de si se ha aplicado anestesia general, sedación o anestesia local, el paciente permanecerá ingresado entre unas pocas horas y, como máximo, 24 horas.

El médico indicará qué tipo de cuidados posteriores a la intervención se deben realizar. Básicamente, se aplicará una crema antiséptica y antiinflamatoria los primeros días, y una crema nutritiva durante el primer mes.

No se puede predecir el número de sesiones que necesita un tratamiento. Es posible tratar un hemangioma ulcerado, por ejemplo, en pocas sesiones. El tiempo entre tratamientos varía de dos a tres meses, en función de cada paciente, y el resultado es visible desde la primera intervención.

 

Los resultados obtenidos dependen de cada paciente y deben ajustarse a la realidad. La utilización de esta tecnología es compleja y precisa un entrenamiento adecuado.

La información de esta sección no sustituye la consulta a un especialista.

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